sábado, 2 de marzo de 2013

De paternalismo y hueva.

Lo peor que un gobierno puede llegar a hacer es caer en el paternalismo. Está situación da lugar a una sociedad dependiente y holgazana. Como un niño berrinchudo al que siempre le dan todo.

Así sucedió con México después de la partida de madre que nos dio Lázaro Cardenas (así es, ese hombre lo único que nos dio fue una gran institución, nada más).

El tata Lázaro, como era conocido acostumbro a la sociedad para recibir todo el gobierno, subsidio los productos en exceso, no obligo a las empresas a competir, haciendolas dependientes del gobierno y exentadolas de impuestos.

A la larga esta política de carácter populista y priísta le hizo tanto daño a la sociedad que ahora por todo quieren un subsidio, buenos servicios, mercancías a bajo costo y si se puede gratis ¡Mejor!

Al mexicano no le gusta trabajar. La imagen del mexicano con zarape y sombrero dormido no está muy lejos de la realidad, así nos ven y peor aún en realidad así nos vemos. Queremos todo, pero no hacemos nada. Pedimos servicios al gobierno, pero nos quejamos de los impuestos. Solicitamos aumentos salariales y a su vez exigimos menos carga de trabajo.

El paternalismo estatal que durante los sexenios del PRI nos educo, ahora nos lleva a los berrinches de creer que el cambio de gobierno y partido político en la silla presidencial nos cambiará la vida. Y nos hace creer que entre más programas sociales y menos impuestos vamos a mejorar (pero esa situación, la trataré en otra ocasión).

Mi recomendación a los cinco gobiernos siguientes en todos los estados es que eduquen a sus pobladores a trabajar y pagar impuestos, haganles olvidar la falsa idea de: Papá Gobierno, el debe de darnos todo, sin pedir nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario